Su esposo desapareció 6 semanas después de su boda, 68 años después, ella descubre la verdad.
Enfrentando la realidad
Peggy observó en silencio mientras su marido recogía sus cosas y se dirigía hacia el cuartel general. Parecía injusto, habiendo pasado tan poco tiempo juntos y ya teniendo que separarse, pero Billie no tenía otra opción. Era su deber, el cual tomaba en serio y se enorgullecía de ello. Tener hijos y cuidar de su familia tendría que esperar a su regreso, aunque en el fondo ambos sabían que no había ninguna garantía de que eso sucediera.