Papá enfurece cuando su hijo regresa de la escuela con una extraña marca en el brazo
Enojado como un toro furioso
Aunque lo dejó pasar por un rato, había estado sujetando con fuerza el volante y sus nudillos se volvieron blancos. Eso es todo lo que pudo hacer, porque entendió que no podía mostrarle a su hijo su enojo. Simplemente sabía dentro de ella que quien estuviera detrás de esto iba a tener serios problemas. ¡Nadie quiere meterse con mamá Tara!