Su madre fue asesinada por su carne, y luego seguía ella. Pero el destino intervino y la llevó a conocer a alguien especial.
A Missa, una babuina bebé, le arrebataron a su madre cuando fue asesinada por su carne. El destino de Missa no lucía nada bien, y probablemente terminaría igual que su madre tarde o temprano; ella vivió una vida muy solitaria, hasta que unos cazadores furtivos la atraparon. Y eso no tardó mucho.
Había caído en manos de un cazador furtivo, pero por suerte fue hallada por unos guardabosques en el Parque Nacional Garamba, en la República Democrática del Congo, y su terrible destino dio un giro inesperado. El cazador que la tenía fue arrestado y culpado por la muerte de animales como la mamá de Missa.
La babuina bebé fue trasladada al Centro de Rehabilitación para Primates de Lwiro (CRPL). Allí recibió un excelente cuidado y de forma lenta pero segura comenzó a recuperar su salud.
Para que Missa no se sintiera tan sola, la emparejaron con una babuina mayor llamada Grace, quien fue rescatada sola dentro de una pequeña caja en un hotel. Ambas se cayeron muy bien y formaron un gran lazo en poco tiempo.
La vida sin una madre parece casi imposible y es absolutamente desgarrador, pero ahora Missa tiene a alguien que cuide de ella, y que se ha comportado como una excelente madre adoptiva.
Ambas babuinas tuvieron un pasado difícil, pero el destino las unió y se ayudaron mutuamente a sanar.