Para lograr un gran éxito, a veces debes romper los paradigmas.
Examina el enfoque establecido, compáralo con la innovación y tíralo a un lado sin piedad si no te sirve para lograr tus objetivos.
Por supuesto, oponerse a la tradición no es fácil. Puede desencadenar conflictos y una sensación de exclusión.
Entonces, decide qué te sienta mejor: ¿La mediocridad permanente y equilibrada o la grandeza temporal y desequilibrada? Una vez que lo pones así, el camino frente a ti se aclarará.
1. Crea tu propia realidad
Pregúntate: «¿Estoy usando mi capacidad mental para hacer historia, o la estoy usando simplemente para registrar la historia hecha por otros?» — David J. Schwartz
Para volar alto, necesitas desarrollar un desprecio por los estándares preestablecidos por las masas.
Debes prestar atención a lo que sucede a tu alrededor para inspirarte y tomar decisiones bien informadas. Pero en algún momento, llega la hora de dejar de pensar en lo que hacen los demás.
Concéntrate en tu interior, deja que tu creatividad se libere. Hay nuevas y mejores soluciones allí afuera, y puedes ser tú quien las encuentre.
2. Sueña en grande (incluso cuando otros piensen que es una tontería)
«Para construir algo grandioso, tienes que ser optimista porque, por definición, estás tratando de hacer algo que la mayoría de la gente consideraría imposible.» — Jeff Bezos
El pensamiento realista, las metas pequeñas y los sueños triviales simplemente no te darán ninguna motivación. Si lo que intentas es lograr un cambio escalonado y progresivo, tarde o temprano te quedarás sin fuerza.
Conviértete en un optimista centrado en soluciones. En otras palabras, debes pensar en grande, actuar en grande y asumir que puedes alcanzar tu máximo potencial trabajando lo suficiente.
¿Y si te encuentras con un obstáculo?
No reduzcas el objetivo. En su lugar, aumenta el alcance de tus acciones: tus sueños te darán esa energía adicional que necesitas para seguir adelante cuando los tiempos son difíciles.
3. No creas en la suerte y nunca le eches la culpa
«La suerte es lo que sucede cuando la preparación coincide con la oportunidad.» — Séneca
Hay una desventaja en el optimismo: cuanto mayores sean los riesgos que asumas, más grandes serán tus fracasos.
Pero este revés vale la pena, siempre que asumas la responsabilidad total de todo lo que haces.
Nunca culpes a la suerte por la forma en que se desarrolla tu vida.
Nada te ocurre a ti. Todo ocurre por ti.
Debes comprometerte a nunca usar excusas para las cosas que van mal, incluso si parece justo decir que otra persona está causando tu desgracia. Asumir la responsabilidad te dará una sensación de poder sobre tu vida.
Cuando creas que eres el único responsable de tu destino, te volverás más valiente y motivado.
Recuerda: si dejas de culpar a los demás por todo, la percepción que las personas tienen sobre ti cambiará.
Existe un estudio fascinante sobre el cambio de culpa en personas altamente exitosas. Los investigadores encontraron que: «La gente está tan acostumbrada a que los líderes corporativos y políticos le echen la culpa a otros de sus fracasos, que sorprenderlos con evidencia de lo contrario los hace sospechar aún más».
Si te conviertes en una estrella en ascenso en tu profesión, es posible que te tomen con cierto escepticismo y desconfianza. Pero permanecer comprometido con tu responsabilidad personal eventualmente traerá recompensas. Incluso las personas a las que no les gustas admitirán que tienes coraje e integridad.
4. Se frugal con tu tiempo
«Los profesionales se apegan al horario, los aficionados dejan que la vida se interponga en su camino.» — James Clear
Demasiadas personas son tacañas con el dinero, pero siempre generosas con su tiempo. Si quieres tener éxito, prueba el enfoque opuesto.
Pasa parte de tu tiempo con amigos cercanos y familiares. Pero no lo desperdicies viendo Netflix y las noticias. Tómate descansos de vez en cuando, pero presta atención a si realmente te estás divirtiendo.
Necesitas ser proactivo en todos los aspectos de la vida. Siempre haz antes lo que otras personas suelen dejar para después.
Toma atajos siempre que puedas y no te distraigas con el trabajo pesado.
5. Rodéate de gente ‘irrazonable’ de alto rendimiento
«Los ambiciosos son criticados por los que se han rendido.» — Grant Cardone
Casi todo el mundo juega el juego de la vida de acuerdo con un conjunto de reglas aburridas y razonables (pero en última instancia, inútiles). Depender de estas reglas te hará seguir avanzando con dificultad en un sistema concebido para mantenerte abajo.
Pero hay personas, en todos los campos, que se niegan a seguir el juego.
Debes encontrarlos e inspirarte en ellos. Pasa tiempo con aquellos que piensan en grande y tienen un impacto positivo en el mundo.
Recuerda que el pesimismo y el pensamiento trivial pueden ser contagiosos. Debes elegir tu círculo con cuidado y nunca ignorar el impacto que otras personas pueden tener en ti inconscientemente.
Escuchar los comentarios es importante, pero no prestes atención a los detractores y a los que se preocupan todo el tiempo. Quieres consejos de personas realistas, no de aquellos que secretamente esperan (o quieren) que fracases.
6. Aprende a callar cuando debes hacerlo
«Si quieres ser una persona inteligente, tienes que aprender a preguntar con inteligencia, a escuchar con atención, a responder tranquilamente y a dejar de hablar cuando no hay nada más que decir.» — Leo Tolstoy
No sientas la necesidad de llenar cada silencio y aprende a decir que no.
Habla con propósito y deja que los demás piensen lo que quieran. Después de todo, tus acciones hablarán por sí mismas.
7. No te rindas
«No me desanimo, porque cada intento equivocado y descartado es un paso más.» — Thomas Edison
Las personas exitosas ven los desafíos como un estímulo y, a menudo, los superan casi como si se tratara de una venganza. Que una tarea sea difícil no puede ser una excusa para evitar hacerla; si fallas, en el peor de los casos tendrás que corregir el rumbo y luego continuar.
Tu perseverancia podrá parecer obstinada o inflexible para algunos.
¡Acepta ese riesgo y sigue adelante!