Bueno, ha vuelto a ocurrir. Nuestra obsesión por tomarnos fotos con animales nos ha llevado a una falta de respeto total hacia otros seres vivientes. Recientemente, dos leones marinos en La Jolla Cove, en San Diego, se encontraban acurrucados sobre una roca cuando unos turistas pensaron que era buena idea acercarse a tomarles fotos.
Y con mucha razón, el video publicado en las redes sociales ha desatado la ira de los amantes de los animales alrededor del mundo. En este se puede ver a las personas empujando y tratando de acariciar a estos animales salvajes. Como podrás ver en una foto más abajo, un padre es visto sosteniendo a su bebé de forma alarmante junto a los leones marinos, momentos antes de que uno de ellos casi mordiera al bebé.
¡¿Cuándo aprenderá la gente?! Carly Padilla, educador a distancia del Project Wildlife de la Sociedad Humanitaria de San Diego, aclaró que cuando un león marino muerde, a menudo no suelta a su víctima y puede causar un enorme daño en los tejidos. Los leones marinos pesan entre 50 y 500 kilogramos, y poseen dientes gruesos y muy afilados.
A pesar de que un cartel en la entrada a la ensenada de La Jolla dice claramente “No se acerque a los leones marino, pueden morder y atacar”, la gente sigue caminando hasta los animales. ¿Acaso vale la pena tal riesgo por una foto?
Acercarse a los leones marino no solo es peligroso para los humanos, sino también para estos animales. El contacto cercano con los humanos puede causarles ansiedad, lo que a su vez podría disminuir la producción de leche de una madre o, peor aún, hacer que esta abandone a sus crías. ¡Esto NO está bien!
Carly Padilla dijo, “Todo animal salvaje nos ven como grandes y temibles depredadores, y ¿qué haces cuando hay depredadores cerca? Obviamente intentas protegerte”. Solo podemos imaginar el terror que esos leones marinos habrán sentido cuando los humanos irrumpieron en su hábitat.
Tristemente, tomarse selfies con animales salvajes se ha vuelto una especie de moda en la actualidad, y la gente los trata como si no fueran otra cosa más que un fondo para sus fotos. Por desgracia, la popularidad de los selfies con animales ha hecho que muchos sufran daños físicos y un alto nivel de estrés.
En un caso reciente, unos turistas encontraron a un delfín varado y agonizando, y en lugar de ayudar a la pobre criatura, decidieron tomarse selfies con el animal. En otro incidente, una mujer mató a un cisne al intentar sacarlo del agua para tomarle una foto.
En Costa Rica, cientos de turistas impiden que tortugas en peligro de extinción desoven en la bahía, solo para tomarse fotos con ellas. Esto tiene que acabarse. Todos podemos colaborar siendo conscientes sobre cómo nuestras decisiones tienen un impacto en el mundo que nos rodea.
Las selfies son divertidas, pero por favor, deja a los animales salvajes fuera de ellas.