Este becerro enfermo iba a ser sacrificado, pero entonces… conoce a una cerdita que le cambiaría la vida.

Bunny el becerro solo tenía cuatro semanas de nacido cuando fue encontrado, pero fueron cuatro semanas infernales. Bunny nació en una granja productora de lácteos en New South Wales, Australia. Desgraciadamente, allí los becerros machos son considerados inútiles, y son enviados al matadero para que la leche de su madre pueda ser destinada al consumo humano.

Sugarshine Sanctuary

Una mujer de Sydney escuchó sobre Bunny y decidió adoptarlo. Aunque sus intenciones eran buenas, no tenía experiencia criando vacas, por lo que el becerro no estaba recibiendo los cuidados apropiados. Cuando Kelly Nelder fue a la propiedad a recoger tres cerdos, incluyendo a una cerdita llamada Baby, alcanzó a ver al solitario becerro. Estaba extremadamente delgado, acostado en un corral sucio, y tan débil que apenas levantó su cabeza cuando ella se acercó a él.

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Nelder es fundadora del Sugarshine Farm Sanctuary cerca de Lismore, Australia, a donde decidió llevar a los tres cerditos y al becerro. Dado que Bunny estaba tan enfermo, Nelder no quería dejarlo solo. Lo mantuvo en su casa e incluso le colocó un pequeño colchón en su terraza para que durmiera más cómodo allí.

Pero sin importar lo que hiciera Nelder por mantener a cada animal separado del resto, siempre que iba a la terraza encontraba la cerdita Baby olfateando la cara de Bunny. Y cada vez que Nelder llevaba a Baby al otro cuarto, ella corría de regreso hasta donde estaba Bunny.

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Nelder dejó de separarlos cuando se dio cuenta de que Bunny también disfrutaba de la compañía y los besos de Baby. Bunny utilizaba a Baby como almohada, y se ayudaban entre ellos para sentirse mejor. Aunque ambos provenían de la misma granja, ellos no se habían conocido hasta ahora; pero actuaban como su hubiesen sido grandes amigos desde siempre.

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Las siguientes dos semanas fueron muy difíciles para Bunny. Su salud se deterioró rápidamente y tuvo muchos altibajos. Lo único constante en su vida era su mejor amiga, Baby, quien nunca se apartó de su lado. Bunny desarrolló una fuerte neumonía y tuvo problemas para respirar, por lo que le colocaron varios medicamentos.

Pero las cosas se pusieron aun peor cuando comenzó a tener convulsiones. Nelder y su veterinario pensaron que lo mejor era sacrificarlo para que no tuviera que lidiar más con este inevitable dolor. Pero por suerte para él, su veterinario no estaba disponible en ese momento.

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Luego de convulsionar, Baby se acurrucó junto a Bunny toda la noche para calmarlo. Al día siguiente, Nelder intentó nuevamente contactar al veterinario para sacrificar a Bunny, pero entonces ocurrió lo impensable.

“Mientras estaba al teléfono con el veterinario, noté que Baby bailaba alrededor del rostro de Bunny”, dijo Nelder a The Dodo. “Bunny tenía su cabeza levantada y sus ojos estaban abiertos. ¡Suena increíble, pero así fue! Entonces le dije al veterinario que lo llamaría después”.

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Desde ese momento, la montaña rusa en la que se había convertido la salud de Bunny comenzó a ir en subida. Bunny empezó a caminar lentamente por sí solo de nuevo, y cada vez que se caía, Baby corría hasta donde él estaba. Hoy en día Bunny se encuentra mucho mejor, aunque aún recibe antibióticos para sus problemas articulares, que son consecuencia de la neumonía. Es muy juguetón y curioso, y disfruta pasar el tiempo junto a su mejor amiga.

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“Creo que definitivamente el amor, afecto y espíritu de confianza que Baby comparte con Bunny hizo toda la diferencia en su recuperación” dijo Nelder a The Dodo. “Probablemente hizo la diferencia entre la vida y la muerte. Ver a Bunny y a Baby juntos, felices y saludables, me hizo recordar que el mundo es un lugar hermoso, y que el amor que los animales pueden brindarnos no tiene límites”.

Mira los videos de Bunny y Baby juntos aquí abajo: