Adoptar un cachorro se convierte en uno de los momentos más memorables para una familia en pleno crecimiento. Pero cuando esta familia adoptó a su nuevo miembro, una cierta raza de perros, estaban muy emocionados por comenzar a criarlo. Sin embargo, su emoción de repente se convirtió en miedo tan pronto como notaron que algo no está bien con su nuevo familiar.
Un motivo de alegría
Su Yun es como cualquier otra madre. Es particularmente trabajadora y su vida siempre está en movimiento. Siempre sintió que tenía las manos ocupadas con su vida familiar, haciendo malabares entre criar a sus dos hijos y pasar tiempo de calidad con su esposo.
Su Yun y su familia vivían en la provincia suroeste de la ciudad de Kunming en China. A pesar de estar siempre ocupada, consideraba que tenía una vida relativamente normal. Sin embargo, esa normalidad estaba a punto de cambiar. Estaba pensando en incorporar un nuevo miembro a su familia: una mascota. Y lo que inicialmente pensó que sería una experiencia deleitosa, de repente tomó un mal giro y terminó haciendo titulares en las noticias, convirtiendo a su familia en el centro de atención y cambiando sus vidas.
El viaje que les cambió la vida
Al igual que ocurre en otras familias con niños pequeños, la vida puede volverse un poco frenética. La presión estaba comenzando a ahoga un poco a Su Yun, y pensó en una solución. Ella hizo planes con su familia y reservó unas muy ansiadas vacaciones en Asia y estaba muy emocionada contando los días hasta el comienzo de su viaje.
Su Yun hizo las maletas, preparó a sus hijos y revisó a fondo toda la logística de su viaje a medida que se acercaban sus vacaciones. Sin embargo, no importa cuánto se prepare uno para un viaje, como pronto descubriría Su Yun, siempre hay sorpresas en el camino. Sin embargo, nadie podía predecir el resultado de lo que parecía ser un encuentro inocente con un lindos animales pequeños.
El fatídico encuentro
Después de esperar durante meses, Su Yun y su familia finalmente partieron a sus muy necesarias vacaciones y estaban entusiasmados con todo lo que vivirían. Un día, mientras salía a caminar con sus hijos, Su Yun vio a un grupo de cachorros que estaban en adopción.
Durante bastante tiempo, los hijos de Su Yun habían estado pidiendo a sus padres un perro. A pesar de que Su Yun había rechazado la idea cada vez que lo mencionaban, realmente se enamoró de uno de los cachorros. Y después de años rechazando petición de sus hijos, Su Yun finalmente decidió que era hora de ceder y adoptar una mascota. Sin embargo, pronto descubriría que el cachorro que había adoptado era mucho más de lo que sus hijos habían pedido.
Una advertencia
Al adoptar al cachorro, el hombre que vendió a Su Yun y su familia el miembro más nuevo de su familia les contó más sobre el adorable cachorro. El vendedor les dijo que el perro era un mastín tibetano, una raza grande que podía crecer hasta pesar 80 kilos y medir más de 60 centímetros de altura. ¡Era una enorme bola de pelo!
Su Yun y su familia llamaron a su cachorro recién adoptado «Negrito». Le dieron ese nombre por su pelaje negro y por lo irónico que sería su nombre al crecer. El nombre de la mascota puede sonar extraño en español, sin embargo, en chino sonaba como un nombre muy tierno. Poco sabían que el Negrito eventualmente se convertiría en un gran problema y llevaría a la familia a enfrentar problemas legales.
Las cosas comenzaron bien…
Durante las vacaciones de su familia y cuando regresaron a casa, la familia no pudo evitar enamorarse aún más de Negrito. Una vez que llegaron a casa, la familia tuvo que tomar algunas decisiones sobre cómo criar a su cachorro recién adoptado. El clima de la ciudad de Kunming es lo suficientemente bueno como para que las mascotas vivan afuera, por lo que algunos optan por tener a sus perros en sus patios traseros.
Aun así, Su Yun y su familia decidieron que una vida en el interior de su casa era lo mejor para Negrito, de manera que pudiera vivir una vida feliz en contacto cercano con el resto de la familia. A medida que Negrito se adaptaba a su nueva vida, toda la familia estaba encantada de ver que tenía un apetito saludable y se acostumbraba rápido a su nuevo entorno. A medida que pasaba el tiempo, la familia no podía dejar de notar algunas cosas extrañas que le sucedían al miembro más nuevo de su familia.
Algo no cuadraba
Tal y como le advirtió el vendedor de perros a la familia, Negrito no se quedó pequeño por mucho tiempo. A decir verdad, no hubo ninguna instancia en la que Negrito dejara de comer. Su Yun no tenía ninguna experiencia criando perros, por lo que pensó que la dieta de su mascota era bastante extraña. Todos los días, Negrito se comía una caja entera de frutas mixtas y dos tazones de fideos.
A la mayoría de los perros, el consumo de frutas y fideos los enfermaría. Sin embargo, Negrito parecía estar bien a pesar de su apetito. Pero en poco tiempo, las cosas comenzaron a irse de las manos con la cantidad de comida que estaba consumiendo. Cuando negrito cumplió un año, Su Yun estaba gastando mucho debido a su inmenso apetito. No obstante, este no sería el único problema.
Negrito continuó creciendo
A medida que Negrito seguía creciendo, su gran apetito también aumentaba. La familia, que al principio estaba complacida por lo mucho que comía su amada mascota, ahora estaba preocupada. Su Yun y su familia habían oído hablar de perros enormes, y habían anticipado que su perro sería grande, pero no estaban preparados para nada como esto.
Cuando cumplió dos años, Negrito ya pesaba unos insólitos 110 kilos y medía casi un metro altura, muy lejos de lo que el vendedor les había dicho. Su tamaño dejaba a las personas boquiabiertas. Pero muy pronto, su tamaño no sería la única preocupación de su familia, ya que comenzaron a notar cosas aún más extrañas sobre su mascota recién adoptada.
Un extraño episodio en la cocina
Ciertamente muchos perros, especialmente los mastines tibetanos, pueden llegar a ser un poco más grandes de lo que cabría esperar. Sin embargo, su tamaño no era nada en comparación con algunas de las otras cosas sorprendentes que Su Yun comenzó a ver en su casa. Un día, se dio cuenta de que algo andaba mal en su cocina, algo que despertaría todas las alarmas en su mente.
Cuando fue a su cocina una tarde, vio a Negrito parado sobre sus patas traseras. A decir verdad, muchos perros adiestrados se paran sobre sus patas traseras bajo ciertas circunstancias, ¿verdad? Pero dicha posición solo es mantenida por unos segundos, y ese no era el caso. Negrito estaba parado con su cabeza muy en alto, como si fuera un humano. Indudablemente, esto no es normal. En ese mismo momento, Su Yun sabía con certeza que algo estaba realmente mal con su perro adoptado.
Peculiaridades que sugerían problemas
El evento de la cocina parecía no se cosa de una sola vez. Con frecuencia, Su Yun entraba en una habitación y encontraba a Negrito de pie nuevamente. Su Yun comenzó a asustarse un poco, empezó a observar a su perro y notó algunas otras rarezas.
Negrito tenía unos dientes enormes que coincidían con su enorme tamaño. Pero Su Yun no le dio mucha importancia, diciéndose a sí misma que todos los mastines tibetanos deben tener dientes enormes. Luego, Su Yun notó ciertas características faciales, por ejemplo, que su hocico se estaba volviendo más definido. La mente de Su Yun lo negaba todo, y estaba ignorando algunas señales de que en el fondo había problemas.
Negrito se volvió demasiado grande para su hogar
Mientras que Su Yun estaba preocupada por el constante crecimiento de su perro, sus hijos adoraban toda la atención que recibían al tener la mascota más grande de la zona. La gente del vecindario comenzó a escuchar sobre el peculiar cachorro adoptado.
Llevar al perro a pasear se convirtió en un espectáculo, ya que Negrito se hacía cada vez más grande. Llegó un punto en el que apenas había espacio para Negrito en la casa. Muy pronto, Su Yun y su familia comenzaron a mantenerlo en una casa para perros improvisada fuera de su hogar. Pero poner a la mascota en el patio trasero no significaba que los problemas subyacentes iban a desaparecer.
El perro nunca exhibió un comportamiento normal
Además de los dientes prominentes de negrito y de ser un perro de gran tamaño, había otra cosa que se estaba volviendo demasiado grande para su gusto: su temperamento. Negrito estaba comenzando a arremeter contra Su Yun y su familia, y aunque afortunadamente nadie resultó herido, sí los asustó un poco.
Fue entonces cuando Su Yun cayó en cuenta de que durante los dos años que Negrito había vivido con su familia, ella nunca lo había escuchado ladrar. Aunque eso no significa que no hacía ningún ruido. Negrito siempre gruñía, pero no de la misma manera en que lo haría un perro. De hecho, sonaba más como un rugido. Su Yun estaba cada vez más asustada por el animal adoptado que habían llevado a casa.
A medida que Negrito crecía, también lo hacían los miedos de Su Yun
Después de dos años, Su Yun finalmente reconoció de forma oficial que le tenía miedo a su propio perro. Negrito se volvió tan grande que si no viviera fuera de su casa, igual no tendría suficiente espacio para caber adentro junto a su familia. Su Yun ni siquiera podía sostener a Negrito con una correa cuando salían a caminar.
Su Yun estaba empezando a asustarse por la seguridad de sus hijos y por ella misma. Así que se puso a investigar un poco y comenzó a buscar más detalles de internet. Pronto se dio cuenta de que su mascota no era un perro normal. Pero tan pronto como descubrió qué era exactamente su perro, quedó horrorizada y alarmada.
Su Yun descubre la verdad sobre su mascota
Después de investigar un poco sobre los comportamientos y características que Su Yun había visto en su mascota, como por ejemplo, los dientes de Negrito, la tendencia a pararse sobre sus patas traseras y su enorme tamaño, Su Yun quedó atónita. Resultó que lo que ella pensó inicialmente que era un mastín tibetano, y que su familia había estado cuidando durante dos años, era algo completamente diferente.
¡El perro mascota de Su Yun era, en realidad, un oso negro muy grande! Apenas podía aceptar lo que estaba leyendo, pero cada señal que leía le generaba angustia. Su Yun estaba asustada, alarmada y preocupada. No tenía idea de qué pasos seguir a continuación, pero sabía que necesitaba hacer algo, y lo antes posible.
Investigando sobre su oso mascota
Su Yun siguió reuniendo información. Negrito definitivamente no era un oso negro normal, era un oso negro asiático, también conocido como oso tibetano o oso del Himalaya. Se sabe que este tipo de oso negro es de tamaño mediano; sin embargo, puede pesar hasta 200 kilos y alcanzar dos metros de estatura.
Mientras que los osos asiáticos como Negrito son normalmente herbívoros, pueden ser hostiles hacia los humanos cuando se irritan. Su Yun comenzó a averiguar cuál era el siguiente paso a seguir, y descubrió que tener un oso en China era un crimen que podía enviarla a la cárcel, sin importar que hubiera sido un accidente. La madre de dos se dio cuenta rápidamente de que estaba en una mala posición.
Llamadas al zoológico
No importa cuánto se hubiera encariñado la familia con Negrito y cuánto lo amara Su Yun, ella sabía que debían sacarlo de su casa. Pero entonces, ¿cómo hace alguien para llevar un enrome oso negro a un lugar seguro? ¿Tal vez un nuevo hogar? Ella no tiene idea de por dónde empezar.
La primera idea de Su Yun fue llamar al zoológico local para ver si tenían espacio para Negrito. El zoológico quería ayudarla, pero dijeron que, al no tener un certificado de nacimiento, no había forma legal de recibir al oso y darle un nuevo hogar. Insegura, Su Yun sabía lo que tenía que hacer, pero también era consciente de que podría meterse en más problemas aún.
Llamando a la policía
Su Yun no tuvo suerte y no tuvo más remedio que comunicarse con la policía y contarles sobre la extraña situación en la que se había metido. En solo unos minutos, los expertos policiales y de vida silvestre del Forest Public Security Bureau llegaron a su casa.
Su Yun le contó todo a la policía y cooperó con ellos, respondiendo todas sus preguntas. En una entrevista, Su Yun dijo a los periodistas que «cuanto más crecía [Negrito], más se parecía a un oso». También dijo a los periodistas que «le asustaban un poco los osos». No me digas. Ella aclaró a la policía lo que había sucedido exactamente, pero cuando las autoridades entraron al patio trasero de Su Yun, quedaron pasmados.
Viviendo con un oso
La policía y los funcionarios forestales entraron al patio trasero de Su Yun y al instante se toparon con una escena alarmante: un enorme animal sentado en un área enjaulada. A primera vista, supieron de inmediato que el animal ciertamente no era un perro. Una vez que examinaron a Negrito, confirmaron lo que Su Yun ya había aprendido. Su mascota definitivamente era un oso.
La policía comenzó a preguntarle a Su Yun sobre la adopción, el cuidado de Negrito y de dónde venía exactamente su mascota. Su Yun le contó a la policía todo sobre la peligrosa confusión y les contó cómo terminó adoptando accidentalmente un oso negro. Sin embargo, eso no garantizaba que ella quedaría exenta de sufrir ciertas consecuencias.
Llevando al oso a un lugar seguro
Mientras la policía recolectaba más información sobre Negrito, los expertos en vida silvestre observaban al oso convertido en mascota. Los funcionarios buscaron signos de lesiones o desnutrición, y Su Yun parada estaba cerca de ellos, asustada por las consecuencias legales de tener un oso en su patio trasero.
Después del chequeo inicial, los funcionarios concluyeron que Negrito estaba bien alimentado, sano y feliz. Después de eso, tenían que idear una forma de llevar al enorme oso al centro de rescate de vida silvestre cercano. Sedaron a Negrito para poder transportarlo de forma segura y lo llevaron a un lugar seguro en el centro local de vida silvestre. Sin embargo, aún queda la pregunta de si Su Yun enfrentaría una penalización por adoptar al oso.
Un nuevo hogar para Negrito
Los expertos confirmaron una vez más los temores de Su Yun tan pronto como Negrito llegó al centro de vida silvestre. Su Yun había mantenido de forma no intencional un oso negro asiático potencialmente peligroso en su propio patio trasero. El descubrimiento dio lugar a una gran cantidad de atención por parte de los medios y todos se preguntaban cómo Su Yun no se dio cuenta desde el principio de que tenía un oso negro viviendo con ellos en su casa.
Incluso National Geographic escribió sobre la desconcertante historia y causó una conmoción que se volvió viral. Sin embargo, lo que es más sorprendente es que un par de personas compartieron sus propias historias sobre adopción de mascotas en donde descubrieron un poco tarde que habían adoptado a un animal de una especie totalmente distinta. Al ganar más atención de los medios, Su Yun estaba cada vez más asustada de que la policía terminara presentando cargos contra ella.
Después de Negrito
Su Yun continuó trabajando junto a la policía sobre la lamentable equivocación, y parecía que estaba dando sus frutos. A pesar de que los osos asiáticos son una especie protegida en China debido a la caza furtiva, Su Yun no fue enviada a la cárcel, e incluso la policía dijo que cualquier pena sería reducida porque estaba cooperando.
La situación fue realmente impactante para todos en la familia, y aun así, ellos siguen queriendo a su vieja mascota. De vez en cuando, Su Yun y toda su familia terminan extrañando a Negrito. Todavía hay esperanzas para un futuro reencuentro algún día, ya que Negrito fue colocado en una reserva cercana. Pero afortunadamente para todos, sus días en el patio trasero habían terminado para siempre.