En los años 50, se esperaba que las mujeres hicieran esto por sus esposos. ¡Que locura! 1 - Locarisa

En los años 50, se esperaba que las mujeres hicieran esto por sus esposos. ¡Que locura!

Esta "Guía para una Buena Esposa" de 1955 explica cómo las mujeres debían tratar a sus esposos.

Siempre es fascinante aprender acerca de la forma en que la gente solía vivir tiempo atrás — especialmente cuando descubrimos que las cosas, en realidad, no han cambiado mucho.

Sin embargo, a veces escuchamos sobre ciertas tradiciones antiguas, y simplemente no logramos comprender cómo la gente era capaz de seguirlas — como los extraños rituales durante el cortejo a lo largo de la historia.

¿Pero lo que se esperaba que las mujeres hicieran por sus esposos en los años 50? Bueno, evidentemente estas tradiciones han quedado desechadas en baúl de la historia.

En mayo de 1955, la revista Housekeeping Monthly publicó un artículo llamado “The Good Wife’s Guide”, o «Guía para una Buena Esposa», detallando en ella la manera en que una esposa debería actuar y cómo ser una mejor pareja para su esposo y una mejor madre para sus hijos.

Quizás sea impensable aceptar estas reglas en la actualidad, pero sigue siendo interesante ver como la sociedad se comportó en algún momento.

Sigue leyendo para averiguar cuáles son las reglas que alguna vez las madres y esposas tuvieron que cumplir, y déjanos saber tu opinión al respecto en la sección de comentarios.

1.) Tener la cena lista. Planificar por adelantado, incluso desde la noche anterior, preparar una deliciosa cena justo a tiempo para el regreso a casa de tu marido. Esta es una manera de hacerle saber que has estado pensando en él y que te preocupas por satisfacer sus necesidades.

2.) La mayoría de los hombres están hambrientos cuando llegan a casa, y la expectativa de una buena comida (especialmente si se trata de su plato favorito) es parte de la cálida bienvenida que el necesita.

3.) Prepárate a ti misma. Tomate 15 minutos para descansar y así estar relajada para cuando él llegue. Retoca tu maquillaje, ponte una cinta en el pelo y asegúrate de verte bien y fresca. Él ha pasado las últimas horas junto a gente desgastada y cansada por el trabajo.

4.) Muéstrate alegre y un poco más interesante para él. Su aburrido día quizás necesite un poco de estimulo y uno de tus deberes es proveer dicho estímulo.

5.) Recoge el desorden. Has una última revisión en las áreas principales de la casa justo antes de que tu esposo llegue. Recoge los libros escolares, juguetes, papeles, etc., y limpia con un paño las mesas para quitarles el polvo.

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6.) Durante los meses más fríos del año, deberías preparar y encender una fogata para que él descanse y se relaje. Tu esposo sentirá que ha llegado a un paraíso de descanso y orden, lo cual representa un estímulo positivo para ti también. Después de todo, ¡ocuparte de su confort te proveerá de una inmensa satisfacción personal!

7.) Prepara a tus hijos. Tomate unos minutos para lavar las manos y la cara de los niños (si son pequeños aún), cepilla su pelo y, si es necesario, cámbiales la ropa.

8.) Los niños son pequeños tesoros y a él le gustaría verlos comportándose como tal. Minimiza cualquier ruido. Al momento de su llegada, elimina el sonido de la lavadora, secadora o aspiradora. Trata de que los niños estén tranquilos.

9.) Muéstrate feliz de verlo. Libéralo con una cálida sonrisa y demuestra sinceridad en tu deseo de complacerlo. Escúchalo.

10.) Quizás tengas una docena de cosas importantes que decirle, pero el momento de su llegada no es el más adecuado. Déjalo hablar a él primero — recuerda, sus temas de conversación son más importantes que los tuyos.

11.) Haz que la noche le pertenezca a él. Nunca te quejes si llega tarde o sale a comer, o si va a otros lugares de entretenimiento sin ti. En cambio, trata de comprender su mundo de tensión y estrés, y su necesidad real de estar en casa y relajarse.

12.) Tu objetivo: Intenta que tu casa sea un lugar de paz, orden y tranquilidad en donde tu esposo pueda renovarse a sí mismo en cuerpo y espíritu.

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13.) No lo recibas con discusiones y problemas.

14.) No te quejes si se le hace tarde para la cena o si se queda afuera toda la noche. Piensa en ello como algo insignificante comparado a lo que quizás él ha tenido que vivir durante el día.

15.) Haz que se sienta cómodo. Siéntalo una silla cómoda o acuéstalo en el cuarto. Ten una bebida fría o caliente lista para él.

16.) Acomoda sus almohadas y ofrécele quitarle sus zapatos. Háblale en un tono de voz bajo, placido y relajante.

17.) No hagas preguntas sobre sus acciones o cuestiones su juicio de integridad. Recuerda, él es el maestro de la casa y como tal, siempre ejercerá su voluntad con justicia y honestidad. Tú no tienes derecho a cuestionarlo.

18.) Una buena esposa siempre sabe cuál es su lugar.

¿Y tú? ¿Estarías dispuesta a seguir estas normas para las esposas de los años 50? ¡Déjanos saber tu opinión abajo!

Por favor, ¡COMPARTE este artículo si te ha impresionado esta realidad del pasado!