Este Recién Casado Se Acaba De Dar Cuenta Que El Matrimonio No Es Para Él. Lee Lo Que Escribió. 1 - Locarisa

Este Recién Casado Se Acaba De Dar Cuenta Que El Matrimonio No Es Para Él. Lee Lo Que Escribió.

Él es Seth Adam Smith y su esposa, Kim. Llevan un año y medio casados, y Seth se acaba de dar cuenta: el matrimonio no es para él.

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Se dio cuenta de MUCHO más que eso. Aquí dejamos una publicación reciente de su blog. Vale la pena leerla.

El matrimonio no es para ti

Habiendo estado casado solo un año y medio, recientemente llegué a la conclusión de que el matrimonio no es para mí.

Antes de que empieces a suponer cosas, sigue leyendo.

Conocí a mi esposa en la secundaria, cuando teníamos 15 años. Fuimos amigos por diez años antes de decidir dejar de ser solo amigos. 🙂 Recomiendo fuertemente que los mejores amigos se enamores. Todos la van a pasar muy bien.

Sin embargo, enamorarme de mi mejor amiga no impidió que sintiera cierto miedo y ansiedad por la idea de casarme. Mientras más se acercaba la fecha de mi boda con Kim, más miedo sentía en todo mi cuerpo. ¿Estaba listo? ¿Estaría cometiendo un gran error? ¿Sería Kim realmente la persona con la que debía casarme? ¿Me haría feliz?

Luego, una fatídica noche, compartí todas mis preocupaciones con mi padre.

Creo que todos tenemos un momento en nuestra vida donde sentimos que el tiempo se detiene, o el aire se vuelve espero y todo lo que nos rodea parece quedarse estático, marcando así un momento inolvidable.

La respuesta de mi padre fue uno de esos momentos para mí. Con una sabia sonrisa me dijo, «Seth, estás siendo totalmente egoísta. Uno no se casa para hacerse feliz a sí mismo, sino para hacer feliz a alguien más. Más que eso, tu matrimonio no es para ti mismo; te casas por una familia. No solo por los suegros y todas esas tonterías, sino por tus futuros hijos. ¿A quién quieres ayudar a criarlos? ¿A quién quieres como influencia para ellos? El matrimonio no es para ti. No se trata de ti. El matrimonio se trata de la persona con la que te casas.»

En ese momento fue cuando supe que Kim era la persona con la que debía casarme. Me di cuenta de que quería hacerla feliz: ver su sonrisa todos los días, hacerla reír todo el tiempo. Quería ser parte de su familia, y mi familia quería que ella fuera parte de la nuestra. Y recordando todas las veces que la he visto jugar con mis sobrinas, sabía que ella era con quien quería construir una familia.

El consejo de mi padre fue tan sorpresivo como revelador. Cortaba con la «Filosofía Walmart» de hoy en día, donde lo que no te hace feliz debe ser reemplazado rápidamente.

No, un matrimonio de verdad (y el amor de verdad) no se trata de ti. Se trata de la persona  que amas, lo que quiere, espera, necesita y sueña. El egoísmo demanda, «¿Qué gano yo?», mientras el amor pregunta, «¿Qué más puedo entregar?»

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Hace un tiempo, mi esposa me demostró lo que significa amar desinteresadamente. Por muchos meses, mi corazón se endureció con una mezcla de miedo y resentimiento. Luego, después de que la presión se volvió inmanejable hasta el punto en el que ninguno de los dos pudo soportarlo, las emociones hicieron erupción. Fui insensible y egoísta.

Pero en lugar de ser egoista también, Kim hizo algo increíblemente maravilloso: me mostró un aluvión de amor. Dejando de lado todo el dolor y la angustia que le causé, amorosamente me tomó en sus brazos y calmó mi alma.

Me di cuenta de que se me habían olvidado las palabras de mi padre. Kim pasó esa etapa del matrimonio amámdome, y yo la pasé enfocado en mí mismo. Esa horrible revelación me hizo llorar, y le prometí a mi esposa que intentaría ser mejor.

A todos aquellos que lean este artículo: casados, por casarse, solteros e incluso los solterones jurados: quiero que sepan que el matrimonio no es para ustedes. Ninguna relación de verdad es para ustedes. El amor se trata de la persona que aman.

Y, paradójicamente, mientras más amas a esa persona, más amor recibes. Y no solo de tu media naranja, sino de tus amigos, sus familias, y miles de personas que nunca hubieras pensado conocer si tu amor girara sobre tu propio eje.

De verdad: el amor y el matrimonio no son para ti. Son para los demás.

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(Fuente/Original)