8 verduras que debes comer y 8 que no debes comer 3 - Locarisa

8 verduras que debes comer y 8 que no debes comer

Debes comer: Apio

Si está buscando la forma de deshacerte de un par de kilogramos no deseados, puedes considerar incorporar más apio (también llamado celery) a tu dieta. «Aunque la ciencia aún no está segura de si se necesitan más calorías para digerir el apio que para comerlo, esta verdura es excelente cuando se come cruda», dijo Maat van Uitert, autor del libro «The (Secret) Rebel’s Guide To Backyard Gardening». «Contiene solo 16 calorías por porción y puede satisfacer la necesidad de un refrigerio si te apetece algo entre comidas. Está lleno de vitamina K y podría ayudar a reducir el colesterol».

No debes comer: Cebollas

Ya sea que las ames o las odies, las cebollas son difíciles de evitar. En las diferentes cocinas de todo el mundo, estos bulbos crujientes están omnipresentes en casi todo, desde las hamburguesas hasta el banh mi.

Pero si tienes un estómago sensible, quizás debas tener precaución con las cebollas. Las cebollas contienen fructan, un carbohidrato conocido por causar problemas gastrointestinales leves y graves. Las cebollas, junto a otras verduras de la familia «allium» como los puerros y chalotes, pueden ser difíciles de absorber y generar un contenido excesivo de agua en tu intestino. Como resultado, comer cebollas puede provocar hinchazón y malestar.

Para aquellos que sufren de acidez estomacal o reflujo gástrico, las cebollas pueden agravar los síntomas, especialmente si se comen crudas. Y si estás tomando medicamentos para fluidificar la sangre o si sufres de hemofilia u otra enfermedad relacionada con la coagulación, las cebollas pueden evitar que la sangre se coagule de forma apropiada.

A nivel nutricional, no es mucho lo que pierdes al eliminar las cebollas de tu dieta. Las cebollas se componen principalmente de agua, fibra y carbohidratos, así que puedes reemplazarlas perfectamente por espinacas, zanahorias o cualquiera de los otros vegetales densos en nutrientes mencionados en esta lista.

No debes comer: Papas

Es difícil imaginar eludir el vegetal que nos da las papas fritas, los tater tots y las papas au gratin. Además de ser sabrosas y versátiles, las papas son económicas y están ampliamente disponibles.

Pero según los científicos de la Escuela de Salud de Harvard (que ni siquiera consideran a la papa como un vegetal), esta tienen un alto contenido de carbohidratos, del tipo que tu cuerpo digiere rápidamente, lo que hace que los niveles de azúcar en la sangre e insulina aumenten considerablemente de forma rápida, y luego disminuyan. Por lo tanto, el consumo de una papa rellena tiene aproximadamente el mismo efecto sobre el nivel de azúcar en la sangre que el de una lata de gaseosa o una porción de caramelos.

Esos mismos científicos de Harvard también relacionaron las papas con el aumento de peso y la diabetes, señalando estudios en los que las personas que comían más papas fritas, papas horneadas o en puré aumentaron de peso, mientras que las que redujeron la ingesta de estos platos rebajaron. También señalaron que un estudio similar encontró que el consumo frecuente de papas daba como resultado un mayor riesgo de diabetes entre las mujeres.

Para evitar los picos en el nivel de azúcar en la sangre y aumentar de peso, opta por otras alternativas, como cereales integrales, arroz integral y quinoa.

No debes comer: Tomates enlatados

Seguro pensaste «Un momento. El tomate es una fruta». Bueno, botánicamente hablando, tienes razón. Pero nutricionalmente hablando, el término «fruta» se usa para indicar productos dulces que se usan a menudo en los postres, mientras que el término «vegetales» se aplica a las plantas con bajo contenido de fructosa. De modo que las frutas botánicas como los tomates, las berenjenas y las calabazas son clasificadas como vegetales por los nutricionistas.

Una vez aclarado este punto… Los tomates frescos contienen un montón de nutrientes, incluidos los antioxidantes que combaten el cáncer. Pero si la mayoría de los tomates que comes son de los que vienen enlatados, podrían estar obteniendo exactamente lo contrario. Esto se debe a que algunas latas se fabrican con un químico llamado bisfenol-A (también conocido como BPA). Este químico, combinado con la alta acidez de los tomates, puede ser bastante peligroso.

De acuerdo con Uitert, cuando se trata de tomates, es mejor elegirlos frescos, y cocidos pueden ser incluso mejor. «Si bien los tomates se pueden consumir crudos, al cocinarlos aumenta la cantidad de licopeno, un fitonutriente importante que ha demostrado reducir el riesgo de cáncer y ataques cardíacos según los estudios», explica ella. «Cocinarlo aumenta su biodisponibilidad, lo que te permite digerir y absorber más de sus poderosos antioxidantes».

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