16 atajos que usan las personas altamente eficientes (y que puedes utilizar para tener más éxito) 1 - Locarisa

16 atajos que usan las personas altamente eficientes (y que puedes utilizar para tener más éxito)

No mires las cosas como son, sino como podrían ser.

Foto de Dan Gold en Unsplash

Sé de personas que trabajan dieciséis horas al día, o incluso más que eso. Sacrifican su salud, sus relaciones e incluso sus perspectivas profesionales a largo plazo, y todo por aferrarse a una rutina diaria. Al mismo tiempo, siempre tienen la sensación de que no están haciendo lo suficiente.

Esta no es la forma de vivir tu vida. Trabajar más horas no es la solución adecuada cuando te sientes abrumado en el trabajo. La única salida es mejorar tu eficiencia y cambiar la forma en que abordas tus tareas.

Cuando te levantas por la mañana, ¿te sientes confiado en que tendrás todo bajo control y al día? ¿O tienes la sensación de que te vas a quedar sin tiempo?

En cualquier caso, espero que leas esta lista de consejos. La escribí en base a mis propias experiencias y consejos de profesionales exitosos, que han construido cosas increíbles.

1. Piensa en lo que debes eliminar

«Uno no acumula, sino que elimina. No es aumento diario, sino disminución diaria. La simplicidad es la clave de la brillantez». – Bruce Lee.

Cuando te topes con un desafío difícil, lo primero que debes hacer es preguntarte si realmente necesitas hacer eso.

En algunos casos, no es una necesidad real y puede descartarse. ¡Sé implacable recortando lo que sobra! Si es algo que «podría ser útil en algún momento», no necesitas preocuparte por eso ahora. Si no sirve de nada, pero lo haces por costumbre, tiene que desaparecer.

Sé que esto puede ser complicado, porque tendemos a suponer que todo lo que suena difícil debería valer la pena hacerlo. Pero esta línea de pensamiento solo hace que nos enfoquemos en lo incorrecto y desperdiciemos nuestro potencial.

Antes de asumir una nueva tarea, siempre haz las preguntas: «¿Es esto importante? ¿Cuál es su propósito? Aplica esta misma revisión a tu rutina actual. Es posible que tengas lapsos de tiempo libre a tu disposición sin darte cuenta.

2. Piensa en la forma en que tomas tus decisiones

«Deja de administrar tu tiempo. Comienza a administrar tu enfoque». — Robin Sharma.

Seguro que has oído hablar de la «parálisis del análisis». Esta es una de las mayores pérdidas de tiempo con las que te puedes encontrar e impacta en cada parte de tu vida.

Definitivamente debes tomarte el tiempo necesario para pensar antes de tomar una decisión…

Pero si tomar decisiones se siente como una prueba sumamente difícil, es posible que debas reorientar tu enfoque.

Deja de preocuparte por los posibles resultados negativos de cada elección que hagas, y también deja de analizar los obstáculos que tienes delante. En su lugar, establece un límite de tiempo y, si no es suficiente, simplemente elige una de las opciones al azar. Si resulta que al final no tomaste la mejor opción posible, está bien. Aún así obtendrás datos valiosos y tomarás una decisión mejor informada la próxima vez.

3. Celebra la imperfección

Buscar la perfección también puede hacer que te quedes atascado. Esto es especialmente cierto cuando intentas crear algo nuevo, ya sea un producto, una estrategia, un software o un artículo.

Si tienes la voluntad de mejorar, entonces es perfecto que sea imperfecto. Date permiso para crecer, aprender y ser mejor de lo que eras ayer.

4. Trabaja más duro, no más

En mi opinión, «trabajar más» nunca es la respuesta. Pero «trabajar más duro» puede ser una excelente manera de triunfar ante un problema excepcionalmente complicado.

Hay algo estimulante en hacer un esfuerzo extra cuando la situación lo requiere. Te hace sentir seguro y en control.

Sin embargo, no podrás hacerlo si tu enfoque está disperso. Haber aprendido a hacer un «trabajo profundo» me ha ayudado a ser más eficiente en todas mis tareas, por lo que lo recomiendo enormemente.

Al mismo tiempo, no puedes seguir corriendo cuesta arriba para siempre. Esta solución es ideal para problemas bien definidos, que requieren una solución específica. No funciona con problemas sistémicos, de larga data.

5. Aplica la regla de los 2 minutos (para todo, no solo para el correo electrónico)

Si algo toma menos de 2 minutos, simplemente hazlo ahora en lugar de dejarlo para más tarde.

Tu carga de trabajo se reducirá y dejarás de preocuparte tanto por problemas pendientes. Utilizo este enfoque para mantener mi bandeja de entrada ordenada, pero también me resulta útil en todos los aspectos de mi vida profesional (y personal).

6. Deja de señalar los problemas, mejor busca soluciones

Si te topas con problemas todo el tiempo y nada parece salirte bien, quizás solo seas propenso a mover la meta de lugar.

La naturaleza humana es interesante. Cuando resolvemos un problema, nuestro cerebro busca automáticamente el próximo desafío. Esto puede hacernos exagerar la escala de nuestros problemas restantes o, a veces, nos roba la sensación de un trabajo bien hecho.

Por ejemplo, supongamos que estás trabajando en un proyecto y está consumiendo gran parte de tu creatividad y energía. Es importante terminarlo antes de la fecha límite. ¡Y lo logras! Pero aún te queda algo de tiempo, por lo que comienzas a intentar que tu proyecto sea «aún mejor». De repente, agregar una mejora trivial se siente tan importante como el objetivo principal ya cumplido.

No sigas buscando nuevos problemas. En cambio, se práctico y concéntrate en las partes más importantes de tus tareas. Más aún, celebra tus victorias y deja que las cosas sean «lo suficientemente buenas» en lugar de perfectas.

7. Conviértete en un experto instantáneo

Perdemos mucho tiempo cuando no sabemos lo que estamos haciendo.

Las personas que valoran la inteligencia y la independencia son propensas a caer en una trampa muy obvia: sienten que necesitan reinventar la rueda.

Proponer soluciones desde cero es una idea atractiva. Pero en muchos casos, las soluciones ya están disponibles.

Nuestro tiempo y enfoque pueden emplearse mucho mejor en encontrar formas de implementar soluciones existentes a nuestros problemas. Si tenemos suficiente conocimiento de base, podemos hacer las cosas rápidamente y luego comenzar a centrarnos en la innovación.

Para llegar a este tipo de conocimiento, lee de 5 a 10 libros sobre el tema. Luego podrás visualizar las ideas clave, los hilos comunes, los modelos mentales. A partir de ahí, será mucho más fácil hacer una investigación eficiente.

Tener un marco teórico en el que confiar también te facilita la estimación de cuánto tiempo puede llevar una tarea.

Lo mejor de todo es que te sentirás menos frustrado si algo sale mal. Cuando comienzas con un conocimiento sólido a tu favor, es más fácil mantener la calma y seguir trabajando para alcanzar tu objetivo.

8. Concéntrate en la acción más que en la teorización

Hay otro extremo en el que las personas suelen caer.

Sienten que tienen que saber todo sobre un tema antes de poder comenzar a trabajar. Esta es otra trampa, pues nunca llegarás a ese punto donde lo sabes todo, sin excepción. Y perderás el tiempo esperando el momento perfecto para ponerte manos a la obra.

Piensa en ello como lo hacen los deportistas. No te conviertes en un jugador de fútbol profesional viendo partidos todos los domingos. Tienes que levantarte y probarlo. Recuerda que (una vez que sepas lo básico) se aprende mejor haciendo.

9. Prueba otras cosas con más frecuencia

¿Hay alguien en tu familia que es quisquilloso para comer? Aparentemente, a los niños pequeños les toma 10 o más intentos asegurarse de que realmente no les gusta algo. Eso significa que debes ofrecerle a tu hijo platos con brócoli en diez ocasiones diferentes antes de poder estar seguro de que no lo comerán… ¡Queda de tu parte decidir si vale la pena tomarse todo ese tiempo!

Los adultos no son tan diferentes cuando se trata de arriesgarse con cosas nuevas. Todos somos demasiado propensos a hacer juicios inmediatos y a rechazar cosas nuevas sin pensarlo.

Así que mi consejo es ser paciente y no ceder ante el primer impulso. Prueba algo al menos 3 veces antes de decidir que no es para ti. De vez en cuando, revisa las decisiones que tomaste hace tiempo… tal vez te convertiste en un fanático del brócoli sin darte cuenta.

10. Haz preguntas

No tengas miedo de hacer preguntas, incluso las que suenan ridículas. Estas forman parte de cada curva de aprendizaje.

Sé que es fácil sentirse como un tonto cuando eres un completo novato. Pero nada es más tonto que ocultar tu confusión. Encuentra un equilibrio entre la humildad y la confianza, y luego comienza a hacer preguntas. Recibir el consejo correcto en el momento adecuado puede ser más útil que leer docenas de libros.

11. No necesitas tener una respuesta para todo

«Si quieres ser una persona inteligente, tienes que aprender a preguntar con inteligencia, a escuchar con atención, a responder tranquilamente y a dejar de hablar cuando no hay nada más que decir». – Leo Tolstoy

12. Construye sistemas, no metas

Cuando estableces una meta, puedes fallar en alcanzarla. Pero con un sistema, siempre ganas.

Este consejo proviene de Scott Adams, mejor conocido como el tipo que escribió Dilbert. Adams tiene un sentido increíblemente agudo para tomar buenas decisiones comerciales, y compartió algunas de sus ideas aquí:

Centrarse en tu sistema significa que puedes aceptar los contratiempos: son parte de tu proceso y ofrecen datos valiosos que te ayudarán a seguir construyendo.

También es una excelente manera de dejar de luchar por la perfección en cada aspecto de la vida. En un sistema, lo que realmente importa es la combinación de tus habilidades. Incluso si tu comprensión sobre un tema es mediocre, puedes combinar ese conocimiento con tus destrezas y ofrecer algo único para el mundo.

13. Siestas de poder… ¡realmente ayudan!

Los expertos dicen que una siesta de 20 minutos debería ayudarte a sentirte alegre y lleno de energía. Entonces, si te sientes apático y distraído, busca una almohada y pon una alarma. Veinte minutos después, tu día se verá mucho más brillante.

Pero si te sientes estancado con una tarea creativa, considera una siesta un poco más larga. Dormir entre 30 y 60 minutos generalmente es una mala idea: probablemente te despiertes sintiéndote aturdido y exhausto. Pero si duermes 90 minutos completos, serás más agudo y más creativo. A tu cerebro le toma ese tiempo recargarse.

14. Consigue un mentor

Aprende de alguien que ha logrado lo que buscas. Preferiblemente en persona, y no solo leyendo los libros o artículos que han escrito. Hablar con alguien que ha recorrido tu camino te ayudará a mantener el impulso que necesitas para ser productivo, incluso cuando sientas que es mejor tirar la toalla.

Si tienes la suerte de desarrollar una amistad con tu mentor, siempre tendrás a alguien que te dará el empujón que necesitas. Al mismo tiempo, debes estar abierto a las críticas honestas de tus mentores.

La opinión de un experto (específico para tu campo) es uno de los recursos más valiosos que puedes tener, y seguramente mejorará tu eficiencia.

15. Pide perdón, no permiso

En su libro «La Semana de Trabajo de Cuatro Horas» el empresario Tim Ferriss nos aconseja ser audaces. Él dice que si quieres avanzar en tu carrera, es mejor seguir adelante y hacer cosas en lugar de esperar la luz verde.

¿Qué es lo peor que puede pasar si cometes un error? Para obtener una respuesta realista a esa pregunta, primero debes dejar de lado tus miedos y tus espirales de pensamiento irracional. Ferriss tiene consejos excelentes sobre el miedo y el riesgo.

16. Haz lo contrario de lo que hace la persona promedio

Sé que este consejo suena vago. Pero si lo tomas en serio, encontrarás que puede inspirarte para hacer grandes cambios.

Ir en contra de lo preestablecido no siempre es fácil. Mi consejo es aferrarte a esa inquietud y hacerla parte de tu conjunto de habilidades.

Si todos dicen que debes guardar tus secretos, ¿por qué no hacer lo contrario y ser generoso? Comparte tu conocimiento y permite que otras personas se beneficien de la experiencia que has ganado con esfuerzo.

Si tu campo es competitivo, intenta elevarte por encima de la carrera. Tienes tu propio camino, no necesariamente tienes que concentrarte en lo que todos los demás están haciendo.

Y cuando la persona promedio se da por vencida, tú puedes seguir adelante. Desarrolla un sentido de tus mejores rasgos y déjalos brillar. Si lo haces, los obstáculos frente a ti se derretirán.