Los elefantes más pequeños del mundo son asesinados por su marfil en Borneo. 1 - Locarisa

Los elefantes más pequeños del mundo son asesinados por su marfil en Borneo.

Los elefantes asiáticos han enfrentado una menor caza furtiva que sus primos de África, pero los recientes y macabros hallazgos han hecho que los conservacionistas se preocupen por su supervivencia.

Incluso los elefantes más pequeños del planeta, aislados todos en la isla de Borneo, ya no son inmunes a la creciente crisis mundial de caza furtiva por el marfil.

En la víspera de año nuevo, los oficiales de fauna silvestre en Sabah, en la Borneo de Malasia, hallaron la osamenta de un querido elefante macho, apodado Sabre por sus inusuales colmillos que se doblaban hacia abajo, igual que los del extinto tigre dientes de sable.

El hallazgo de sus restos – probablemente fue asesinado en Noviembre – ocurrió solo días después de que los oficiales de fauna silvestre encontraran a un elefante macho ejecutado recientemente, con su rostro cortado para extraerle los colmillos. Tanto Sabre como el otro macho desconocido murieron a menos de 1,5 kilómetros de distancia el uno del otro, aunque con un mes de diferencia.

Antes de estos eventos, la caza furtiva de elefantes no era considerada un problema mayor en Sabah. Benoit Goossens, director del Danau Girang Field Centre en Sabah, dijo que estos macabros hallazgos indican que un cazador profesional y traficante podría estar estableciendo sus negocios en Sabah.

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Visto por primera vez por conservacionistas en una plantación de palma aceitera a principios de octubre, Sabre había sido rescatado y trasladado a la Reserva Forestal de Kawang. Los conservacionistas le colocaron un collar rastreador a este paquidermo de colmillos extraños y lo liberaron en su entorno natural, creyendo que allí estaría a salvo.

“Obviamente estábamos equivocados”, dijo Goossens.

“No hay palabras que describan nuestra tristeza”, dijo el veterinario de fauna silvestre Pakeeyaraj Nagalingam. Como miembro de la Unidad de Rescate Silvestre de Sabah, Nagalingam ayudó en el rescate y re-ubicación de Sabre en octubre.

“Parece que ya no hay lugar seguro para los elefantes en Sabah. Las autoridades relevantes, que son los responsables de castigar la caza furtiva y otras actividades ilegales, deben trabajar más duro y de forma más inteligente”, dijo él.

El esqueleto desdentado de Sabre fue encontrado un día después de que China anunciara que vetaría el comercio de marfil a finales del año 2017.

“La pérdida de estos elefantes es especialmente triste cuando el mundo apenas está despertando ante la crisis africana de elefantes y cerrando los mercados locales de marfil en cada país”, dijo Elizabeth Bennett, vicepresidenta de conservación de especies de la Sociedad para la Conservación Silvestre.

“Solo cuando todos los mercados de marfil hayan sido cerrados y la demanda de marfil desaparezca, entonces las poblaciones de elefantes a lo largo de toda África y Asia estarán a salvo de la caza furtiva”.

El estatus taxonómico del elefante pigmeo de Borneo, como se les llama popularmente por ser hasta un 20 por ciento más pequeños que otras razas de elefantes asiáticos, se encuentra actualmente en el limbo. La información genética demuestra que quizás hayan evolucionado de forma aislada durante 300.000 años. Algunos han propuesto que este animal sea clasificado como una sub-especie aparte.

Independientemente e como estén clasificados, el elefante de Borneo se encuentra gravemente amenazado: solo entre 1.500 y 2.000 elefantes sobreviven hoy en un hábitat fracturado por las plantaciones de palma aceitera. La deforestación y la pérdida del hábitat natural siguen siendo las mayores amenazas para estos pequeños elefantes.

Aunque son considerados una peste para las plantaciones de palma aceitera del estado, los elefantes son una atracción turística en la región y contribuyen ecológicamente con los bosques y plantaciones de inundación, ya que ayudan a esparcir las semillas.

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Los elefantes asiáticos han enfrentado una caza furtiva mucho menos intensa que sus primos africanos a lo largo de los siglos, ya que solo los elefantes asiáticos machos poseen colmillos – mientras que todos los elefantes africanos tienen colmillos. Además, el marfil asiático es considerado menos valioso que el africano debido a su fragilidad y a su tendencia a tornarse amarillo.

“Mi esperanza es que Sabah despierte… estamos perdiendo nuestra megafauna, el rinoceronte ya se ha ido, el banteng [vaca salvaje] se está yendo, luego seguirá el elefante”, dijo Goossens. “Esos crímenes no deben quedar impunes. No perdamos nuestras joyas, las generaciones futuras no nos lo perdonarán”.